La Alegría de la Fotografía Maya por el Pueblo Maya
Casa Dolores presenta la exposición de el retrato poderoso e íntimo de las vidas y culturas de las comunidades indígenas de Chiapas sacadas del libro "Camaristas". A través de la lente de fotógrafos locales de varios grupos étnicos como Chol, Tzotzil, Tzeltal, Mam y Tojolabal, el proyecto ofrece una perspectiva única y de primera mano sobre sus tradiciones, costumbres y experiencias cotidianas.
Este trabajo, que se llevó a cabo entre 1993 y 1998 con el apoyo de la Fundación Ford y la colaboración con Carlos Duarte, es especialmente significativo porque empodera a estos fotógrafos indígenas para contar sus propias historias, capturando momentos de alegría, resiliencia y orgullo cultural. El uso de cámaras de mano añade una calidad personal, casi inmediata, a las imágenes, creando una conexión entre el sujeto y el fotógrafo, así como entre el sujeto y el espectador. A través de este proyecto, los espectadores tienen la oportunidad de mirar a través de los ojos de aquellos que a menudo están sub representados en los medios de comunicación convencionales. Las fotografías no solo documentan, sino que también celebran el rico tapiz cultural de Chiapas, dando voz a las comunidades indígenas de una manera que honra sus perspectivas y experiencias. El impacto de este proyecto va más allá de la representación visual, sino que también nos invita a reflexionar sobre el papel de la fotografía como medio de preservación cultural, narración de historias y auto expresión. Destaca cómo la fotografía puede ser una herramienta tanto personal como colectiva para dar forma a las narrativas, desafiar los estereotipos y fomentar una mayor comprensión entre culturas. |
Casa Dolores exhibition presents the powerful and intimate portrayal of the lives and cultures of Chiapas' indigenous communities taken from the book "Camaristas". Through the lens of local photographers from various ethnic groups such as Chol, Tzotzil, Tzeltal, Mam, and Tojolabal, the project offers a unique, firsthand perspective on their traditions, customs, and daily experiences.
This photography work, which took place between 1993 and 1998 with support from the Ford Foundation and collaboration with Carlos Duarte, is especially significant because it empowers these indigenous photographers to tell their own stories, capturing moments of joy, resilience, and cultural pride. The use of handheld cameras adds a personal, almost immediate quality to the images, creating a connection between the subject and the photographer, as well as between the subject and the viewer. Through this project, viewers are given an opportunity to look through the eyes of those often underrepresented in mainstream media. The photographs not only document but also celebrate the rich cultural tapestry of Chiapas, giving voice to indigenous communities in a way that honors their perspectives and experiences. The project's impact extends beyond visual representation—it also invites us to reflect on the role of photography as a means of cultural preservation, storytelling, and self-expression. It highlights how photography can be both a personal and collective tool for shaping narratives, challenging stereotypes, and fostering greater understanding between cultures. |